El gobierno norteamericano recrudece el embargo comercial a Cuba

El presidente Donald Trump anunció hoy un endurecimiento del embargo comercial a Cuba, al permitir algunas demandas en contra de compañías extranjeras que utilizan propiedades confiscadas por el gobierno cubano tras la Revolución de 1959.

El anuncio emitido por el gobierno norteamericano limita las demandas a unas 200 empresas y agencias estatales cubanas que ya son sujetas a sanciones estadounidenses especiales por estar ligadas a las fuerzas armadas y a las agencias de inteligencia de la capital habanera. La mayoría de las entidades no tienen vínculo alguno con los sistemas legal o financiero de Estados Unidos, por lo cual la capacidad de presentar demandas es prácticamente simbólica.

También se incluyó la excepción al Título III, el gobierno estadounidense dijo que la suspensión tardará solo 30 días, abre la posibilidad de más sanciones eventualmente

El canciller cubano Bruno Rodríguez escribió en Twitter que rechaza enérgicamente la decisión y el gobierno condenó la medida, calificándola de una amenaza para la estabilidad mundial.

Otras empresas, como hoteles, son emprendimientos conjuntos con compañías extranjeras, pero a todas luces esas compañías extranjeras no serán vulnerables a demandas. Ello implica que lo más probable es que la medida tenga muy escaso impacto real.

Desde Bill Clinton, cada mandatario se encargó de suspender  una sección de la Ley Helms-Burton de 1996 la cual permitiría entablar tales demandas debido a que atraparía a compañías de países aliados de Washington en años de litigios complicados que podrían provocar denuncias comerciales a nivel internacional contra Estados Unidos.

Entre los principales inversionistas en Cuba se encuentran el gigante británico de la industria del tabaco, Imperial Brands, que opera una empresa conjunta con el gobierno cubano para producir habanos de muy buena calidad; las compañías hoteleras españolas, Iberostar y Meliá, que tienen decenas de hoteles a lo largo y ancho de la isla caribeña y el fabricante de bebidas francés Pernod-Ricard, que hace el ron Havana Club con una destilería estatal cubana.

Estados Unidos presenta estas medidas como represalia por el apoyo que La Habana le sigue brindado al presidente Nicolás Maduro de Venezuela. Tras casi 60 años de embargo comercial, la economía cubana creció  a un modesto ritmo de alrededor de 1% anual y las inversiones extranjeras ascienden aproximadamente a 2,000 millones de dólares, mucho menos de lo necesario para impulsar la prosperidad.

Pero el turismo, las remesas y el petróleo subsidiado de Venezuela le han permitido al gobierno cubano mantener servicios básicos y cierto grado de estabilidad que a todas luces no parece afectado por las recientes medidas de Washington contra Cuba y sus aliados latinoamericanos como Venezuela y Nicaragua.

(Con información del Nuevo Herald)
 

 

Comentarios de los lectores

Te puede interesar